Fumar durante el embarazo altera el ADN del feto en desarrollo
La exposición al tabaco
durante el desarrollo fetal conlleva alteraciones de los genes implicados en el
desarrollo pulmonar y del sistema nervioso
Fumar es, simple y llanamente, muy
perjudicial para la salud. Y no solo para la del fumador, sino también para la
de todos los que le rodean. Más aún cuando el fumador, en este caso fumadora,
está embarazada, dado el efecto altamente pernicioso que tiene el tabaco sobre
el desarrollo del futuro bebé. De hecho, un nuevo estudio internacional
dirigido por investigadores del Instituto Nacional de las Ciencias de
Salud Ambiental (NIEHS) de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH) muestra
que el consumo de cigarrillos
durante la gestación conlleva una modificación química del ADN del feto,
así como que esta modificación presenta un patrón muy similar al observado en
el genoma de los fumadores adultos.
Como explica Stephanie London, directora
de esta investigación publicada en la revista «American
Journal of Human Genetics», «no puede sino calificarse como
asombroso que las señales epigenéticas en neonatos expuestos al tabaco en el
útero muestren los mismos genes que se observan en los fumadores adultos. Hay
un gran solapamiento. Es cierto que en este caso la exposición al tabaco se
hace a través de la sangre, pues el feto no inhala del humo del cigarrillo,
pero muchos de estos efectos nocivos deben estar pasando a través de la
placenta».
Alteración del ADN
Distintos estudios previos ya habían sugerido la presencia de modificaciones
químicas –concretamente, de metilaciones, esto es, la adición de grupos metilo–
en el ADN de fetos en desarrollo como consecuencia de su exposición al tabaco.
Sin embargo, esta nueva investigación, llevada a partir del análisis de los
datos de 6.685 bebés y sus madres, es la más grande realizada al respecto hasta
la fecha.
En el nuevo estudio, los investigadores dividieron a las gestantes en tres
grupos en función de su hábito tabáquico: ‘fumadoras constantes’, en el que las
participantes –el 13% del total– habían fumado cigarrillos a diario durante la
mayor parte del embarazo; ‘no fumadoras’, en el que las embarazadas (62%) no
habían consumido ningún cigarrillo; y ‘fumadoras ocasionales’, en el que las
mujeres (25%) consumían algún cigarrillo durante la gestación o habían dejado
de fumar una vez iniciado el embarazo.
Nuestros resultados pueden explicar la asociación
entre el tabaco durante el embarazo y los problemas de salud en niños Stephanie London
El análisis del ADN de la sangre del cordón umbilical de los neonatos
reveló el elevado nivel de alteraciones –‘metilaciones’– consecuentes con la
exposición al tabaco durante el desarrollo fetal. Concretamente, los niños
cuyas madres habían sido incluidas en el grupo de ‘fumadoras constantes’
presentaban hasta 6.073 localizaciones en las que el ADN había sido modificado
y que no se observaron en los hijos de las ‘no-fumadoras’.
Evitar el tabaco a toda costa
Y estas alteraciones del ADN, ¿tienen
alguna importancia desde un punto de vista clínico? Pues sí, y pueden incluso
resultar fatales. No en vano, las
metilaciones se localizaron en genes que están implicados en el desarrollo de
los pulmones y del sistema nervioso, que están relacionados con distintos tipos
de cáncer asociados al tabaco, o que se encuentran asociados a distintos
defectos en el nacimiento, caso del labio leporino.
Es más; un segundo análisis llevado a cabo con niños mayores cuyas madres
habían fumado en el embarazo reveló que estas modificaciones del ADN todavía
resultaban aparentes en la infancia tardía.
El siguiente paso será analizar cómo estos genes alterados por la
exposición fetal al tabaco influyen realmente sobre el desarrollo del bebé y su
predisposición a padecer ciertas enfermedades. Y es que según los autores,
«nuestros resultados sugieren una explicación potencial para la asociación
entre el tabaco durante el embarazo y los problemas de salud en niños».
Como concluye Stephanie London, «ya sabíamos que fumar se asocia con el
labio leporino, pero aún desconocemos el por qué. Y la metilación puede estar
de alguna manera implicada en el proceso».
Fuente Historia: ABC Salud
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