Estado de bienestar; se corresponde con el término
inglés welfare state en su traducción literal, introducido este término así;
para ser contrario a lo que se planteaba en el escenario de la II Guerra Mundial
como era warfare state: estado de guerra. Por su contexto histórico y la
situación que se vivía, se clamaba por el regreso de estados propicios para
vivir bien, buena vida, estar bien o buen vivir como: bienestar corporal,
convivencia social de calidad, seguridad libertad, capacidad para elegir,
salud, tranquilidad de espíritu. En este orden de ideas y adaptándolo a nuestro
tiempo en este momento y ahora; el bienestar podemos definirlo como el estado
en que una persona goza en armonía con la mente, el cuerpo y el espíritu, que
le permite disfrutar y proporcionar sentimientos de satisfacción y serenidad en
todas las áreas de su vida que; es lo que sienta las bases para alcanzar el
desarrollo personal individualmente y en colectivo con vista al futuro
edificándolo día con día.
Por lo demás la sociedad se empeña en trabajar en el
bienestar social en cuanto a una asistencia integral; de salud, beneficencia,
economía, alimentación, educación, en teoría esto está bien; pero la
importancia radica en saber que el bienestar comienza cuando logramos ser la
persona que está en sintonía con Dios, con lo que quiere que seamos y hacer las
cosas que a Él; le gustaría que hiciéramos. Cuando hacemos las cosas de esta
manera, con esto ya sabemos lo que queremos hacer, donde estar, es decir ya tenemos
claridad de propósito. Es real la importancia de reconocer y aceptar que no
dejamos en manos de los demás nuestro futuro; hay situaciones fortuitas en que
la carga que llevamos a cuestas no es nuestra sino de otros.
Ama a tu prójimo como a ti mismo; es el segundo
mandamiento de la ley de Dios, lo que nos lleva a veces a olvidarnos de
nosotros mismos para ir en ayuda del prójimo, sin embargo como todo, esto tiene
un límite; en ese proceso es vital que ayudemos a nuestro semejante, le estamos
dando alimento en ese instante pero; debemos enseñarle a valerse por sí mismo
para que sea testimonio de vida para sus semejantes y no una carga pesada para
toda la vida. Esto nos enseña a tener bienestar al ayudar a otros pero; también
nos lo proporciona a nosotros saber que nuestro hermano con la herramienta que
le hemos facilitado, amó a su semejante y lo seguirá amando.
Cuando participamos de nuestro futuro construimos
nuestro bienestar y el de otros. Para esto debemos mantener nuestro espíritu en
inmejorables condiciones, que difícil es mantener esta condición en nosotros
mismos en toda la vida de nuestra existencia. Hay que percibirlo para poder
estar en paz; periódicamente tenemos que ver en nuestro interior para hacer
acto de contrición. Debemos preguntarnos qué hemos hecho incorrectamente, a
quien le hemos causado dolor, con quien no hemos cumplido lo prometido, porque
hemos faltado a nuestros deberes, si le hemos incumplido a nuestros hijos, si
engañamos a nuestra pareja, si nos hemos aprovechado de alguna persona o
situación para beneficio propio, si somos honestos con nosotros mismos y un sin
fin de faltas más. Cuando empezamos a trabajar de esta manera en nosotros,
estamos construyendo nuestro bienestar. Si no lo estás haciendo que esperas
para comenzar, decídete; cuando decidimos, nos convertimos en una persona
nueva.
Cuando ejercemos las acciones para construir nuestro bienestar, destruimos todos los
castillos que hemos construido en la nada y comenzamos a construir sobre bases
firmes.
CELEBRACIÓN DEL
DIVORCIO ¿POR QUE NO?
Si; los divorcios son generalmente dolorosos,
incluso dramáticos y llevan un ingrediente casi infaltable como es; el trauma
que, conlleva una separación por las diferentes aristas de su estructura,
involucrando a todo el entorno de la familia, especialmente los hijos. Este
comentario previo tiene que ver con noticias de prensa aparecidas
recientemente, de la celebración del divorcio por algunas parejas que dejaron
de ser matrimonio. Y si, el divorcio
suena a fracaso pero; puede ser una salida de la trampa en que puede quedar
presa una familia. Se ha idealizado el matrimonio con aquello de que “y
vivieron felices para siempre” sin derecho a divorcio. Todo esto es herencia
del cristianismo que en su momento fue un movimiento revolucionario. El
matrimonio siempre había sido un contrato social patriarcal para convertir a la
esposa en una posesión más del jefe de la familia quien, podía castigarla,
incluso cruelmente. La ley romana dictaba que en el caso de adulterio el esposo
podía matarla, hasta por emborracharse, pues esto se consideraba falta grave…,
Resumiendo, el divorcio en un gran número de veces si vale celebrarse.
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