El recién nacido es un ser dependiente de los
adultos para avanzar en su periplo por
la vida, tanto que ni siquiera puede tener la cabeza erguida y menos girarla.
Pero déjenme decirles que cuando llega a este mundo, viene bien equipado con un
equipo de reflejos sumamente útil para seguir adelante. En este orden de ideas,
por ejemplo gracias a su reflejo de búsqueda, cuando se toca un lado de la
cara, hace un giro y comienza a buscar; así, si su madre le acerca el seno,
sabrá encontrar el pezón y agarrarlo inmediatamente. Tiene un reflejo de
succión para saber mamar.
Los reflejos
Tiene además un gran reflejo de prensión, por el que
si ponemos un dedo en su manita, lo agarrará ante el asombro de los presentes.
Este reflejo se considera un residuo de cuando teníamos que agarrarnos al
cuerpo de nuestra madre, para no caernos, como hacen los monos. Andando el
tiempo el bebé se irá despojando de estos reflejos; lo hará a la medida que
pueda hacer las cosas voluntariamente.
Por otra parte el oído del bebé recién nacido está muy desarrollado, además
reconoce las diferencias en los sabores y reconoce a su madre por el olor.
Por supuesto que siente
Durante años por una extraña razón, se consideró que
los recién nacidos no sentían y por ello se le han perforado los lóbulos de la
oreja o se les ha circuncidado sin mucho trámite. Por Dios, por supuesto que
sienten y reaccionan al dolor y el placer. Su sentido del tacto tiene un buen
desarrollo, por el contrario la vista es deficiente. La distancia a la que
puede enfocar es de algunos 30 centímetros, que por cierto viene a ser la
distancia a la que se acercan las madres normalmente para hablar con ellos,
hasta los 6 meses no llegarán a tener una visión perfecta.
Aprendizaje progresivo
El bebé ya viene al mundo con ciertas capacidades
cognitivas desarrolladas. A las 36 horas de haber nacido, puede imitar algunas
expresiones faciales de la madre, en especial la cara de sorpresa. A las dos
semanas, es capaz de reconocer una cara familiar, en un lapso de 2 semanas ya
puede reconocer una cara familiar. Si hablamos de sus emociones; son muy
básicas; alegría, sorpresa, incomodidad, interés, angustia. Se la pasa dormido
un promedio de 16 horas diarias. Durante sus dos primeras semanas es un ser
pasivo, pero casi inmediatamente pasará a tomar parte activa en su vida y a
mostrar interés social más allá de su madre.