Las feministas y su rechazo por el porno
En términos generales la pornografía se ha
conceptuado como una industria en la cual los hombres son los principales
protagonistas y los mayores consumidores, mientras que las mujeres son más bien
las que propician la fantasía. Las prohibiciones abundan cuando se trata de
películas de censura, tanto que algunos sectores estigmatizan a las mismas con
todos los denuestos posibles.
Ejemplos
Aquí tenemos un ejemplo de lo acotado arriba. “En la
pornografía nadie hace el amor, todo el mundo hace el odio” afirma Gail Dines, escritora feminista
inglesa. Realmente la mayoría de la feministas apoyan la anti-pornografía
esgrimiendo incontables argumentos- sean válidos o no- luego; una de ellas
rompió filas, dejando no solo de ver la pornografía como un ataque a la mujer,
sino que se ha unido a la industria. Ella es; Anna Arrowsmith, conocida como
Anna Span en los círculos del cine erótico.
El cambio llegó
El cambio se
produce un día que Anna caminaba por la zona roja de Londres. “Mientras miraba
las tiendas y bares me di cuenta de que mi rabia era más bien envidia;
envidiaba la libertad de los hombres” Cuenta a BBC Mundo. Desde ese entonces Anna,
cree que la pornografía es un espacio que las mujeres deben conquistar para su
propio beneficio. – “Soy pro- porno porque no quiero entregarle el sexo a la visualización
del sexo a los hombres”- y por eso empezó a dirigir películas eróticas.
Sin embargo para las feministas que piensan que el
porno impone principios inmutables, esto es una grosería y, la discusión sigue
y se extiende a círculos universitarios. Span se pone a la defensiva,
exponiendo que la idea es justamente posicionar mejor a la mujer en el cine
para adultos, llenar sus necesidades de la misma manera en que las llenan los
hombres y, educarlas para disfrutar más del sexo. “El conocimiento es
libertad”, afirma y tiene razón, Cada quien puede disfrutar de la mejor manera
y de forma responsable. Lo dice el sexólogo Rubén Hernández: todo lo que hagas
de acuerdo con tu pareja, está bien hecho y eso incluye desde el sexo hasta
hacer realidad cuales quieran fantasías.
Amigas, amigos, tranquilos, la pornografía no los
despoja del libre albedrio.