Veneno de tarántula como analgésico
El veneno de avispa ya ha salido también a la luz como herramienta muy eficaz contra el cáncer.
El veneno de estas grandes arañas podría ser, después de todo, positivo para los humanos, según la nueva investigación llevada a cabo por un equipo de científicos de la Universidad de Queensland en Brisbane (Australia). El trabajo ha sido presentado en la 60ª Reunión Anual de la Sociedad de Biofísica en Los Ángeles, California (EE.UU.).
Las toxinas de la tarántula, de otras arañas o ciertas serpientes pueden ser lo suficientemente letales como para matar un ser humano o, al menos, causar una reacción grave. Sin embargo, las características de la toxina Protx-II, descubierta en el veneno de la tarántula de terciopelo verde peruana, Mucuna Thrixopelma, podría mejorar la calidad de vida de millones de personas en el mundo que sufren de dolor crónico y neuropático.
La clave está en cómo las moléculas actúan para reducir el dolor. Entre las propiedades de esta potente toxina se incluyen la selectividad para inhibir el receptor de la sensación del dolor, lo que podrían convertirlo en el analgésico del futuro para los seres humanos.
La forma en la que Protx-II inhibe la sensación del dolor ha sido descubierta gracias al análisis de esta toxina mediante espectroscopia de resonancia magnética nuclear que les permitió examinar la estructura y su papel en la inhibición del receptor de dolor. Las simulaciones moleculares con la toxina de tarántula revelaron que la membrana celular desempeña un papel importante para permitir que Protx-II inhiba el receptor de dolor.
Los expertos exponen que investigar más acerca de cómo funciona esta toxina podría ayudar con el diseño de nuevas terapias para el dolor.