La
búsqueda de la luz
Todo hombre a su manera generalmente siempre anda en
la búsqueda de una ventana de luz que alumbre su vida, en el entendido que en
cualquier circunstancia negativa es bueno contar con un algo luminoso que cree
visualizar al final del túnel. Entre ellas las muchas cosas portadoras de
bendiciones que contribuyen en gran medida en sentirnos iluminados, mirando al
mundo desde una perspectiva más amigable y reconfortante.
Hay diferentes formas de propiciar un rayo de
optimismo, disimiles en actitudes, en intención, en voluntad y hasta de credo
para sentirnos iluminados. Podemos invertir acciones por tiempo prolongado
buscando bendiciones, entre otras muchas; ayudar a los pobres, desvalidos,
dando caridad pero; a veces esto no basta para sentirnos bendecidos o mejor
dicho no vemos por parte alguna manifestarse las bendiciones que anhelamos.
El hombre dentro de sus contradicciones, mira
siempre en su rededor casi de manera especulativa tratando de intuir donde se
encuentra la verdadera luz que lo lleve, que lo guie, que lo conduzca a través
de los caminos de la vida, en ese tránsito avieso, incierto que en algunas
ocasiones se muestra intolerante, con sus deseos de andar cabalgando sobre un
destino, que aunque no le sea del todo favorable por lo menos tenga un mínimo
de caridad en su tratamiento.
No existe la perfección desde la óptica humana para
lo humano, algo que ustedes dirán redundante, ciertamente; la perfección está
en Dios, es Dios, reside en Dios. Dios es perfecto. El hombre es la
imperfección en persona, es por esto que el hombre se siente constreñido,
empujado sobremanera a buscar y ganar bendiciones. Sin embargo a veces pienso
que el hombre es imperfecto a ex profeso por parte de Dios su creador, para que
este sea humilde y que a través del trabajo, acciones y obras se sienta
necesitado a buscar la perfección.
Entonces podemos colegir con certeza que; no; el
hombre no es perfecto pero es admirable en esa búsqueda de la perfección como
un fin en sí mismo, sin desmayo, con ardor, con enjundia, denodadamente la
busca como el Santo Grial. Dentro de los místicos, espiritualistas y adeptos a
las diferentes religiones, la búsqueda es más acuciante casi obligante,
prácticamente buscan la santificación a través del cultivo de la caridad,
solidaridad, generosidad y la espiritualidad. Ya en estos términos nos estamos
metiendo en aguas muy profundas que son tema para otro artículo.
Cuando hablamos del cultivo de la luz por parte del
hombre es de la luz ganada en el terreno del buen hacer, de la buena intención,
de la legitimidad de las acciones conducentes a ser justos, honestos, apegados
a la humanidad bien entendida. Acumulando un capital de intereses verdaderos y
legítimos que se afinca en la Ley de Atracción para atraer hacia nosotros las
cosas buenas que en conciencia hemos sembrado: Las buenas acciones en
reciprocidad traen otras del mismo tenor y por supuesto las malas atraen
igualmente cosas negativas.