miércoles, 22 de mayo de 2013

LA BÚSQUEDA DE LA LUZ



La búsqueda de la luz
Todo hombre a su manera generalmente siempre anda en la búsqueda de una ventana de luz que alumbre su vida, en el entendido que en cualquier circunstancia negativa es bueno contar con un algo luminoso que cree visualizar al final del túnel. Entre ellas las muchas cosas portadoras de bendiciones que contribuyen en gran medida en sentirnos iluminados, mirando al mundo desde una perspectiva más amigable y reconfortante.

Hay diferentes formas de propiciar un rayo de optimismo, disimiles en actitudes, en intención, en voluntad y hasta de credo para sentirnos iluminados. Podemos invertir acciones por tiempo prolongado buscando bendiciones, entre otras muchas; ayudar a los pobres, desvalidos, dando caridad pero; a veces esto no basta para sentirnos bendecidos o mejor dicho no vemos por parte alguna manifestarse las bendiciones que anhelamos.

El hombre dentro de sus contradicciones, mira siempre en su rededor casi de manera especulativa tratando de intuir donde se encuentra la verdadera luz que lo lleve, que lo guie, que lo conduzca a través de los caminos de la vida, en ese tránsito avieso, incierto que en algunas ocasiones se muestra intolerante, con sus deseos de andar cabalgando sobre un destino, que aunque no le sea del todo favorable por lo menos tenga un mínimo de caridad en su tratamiento.
 
No existe la perfección desde la óptica humana para lo humano, algo que ustedes dirán redundante, ciertamente; la perfección está en Dios, es Dios, reside en Dios. Dios es perfecto. El hombre es la imperfección en persona, es por esto que el hombre se siente constreñido, empujado sobremanera a buscar y ganar bendiciones. Sin embargo a veces pienso que el hombre es imperfecto a ex profeso por parte de Dios su creador, para que este sea humilde y que a través del trabajo, acciones y obras se sienta necesitado a buscar la perfección.

Entonces podemos colegir con certeza que; no; el hombre no es perfecto pero es admirable en esa búsqueda de la perfección como un fin en sí mismo, sin desmayo, con ardor, con enjundia, denodadamente la busca como el Santo Grial. Dentro de los místicos, espiritualistas y adeptos a las diferentes religiones, la búsqueda es más acuciante casi obligante, prácticamente buscan la santificación a través del cultivo de la caridad, solidaridad, generosidad y la espiritualidad. Ya en estos términos nos estamos metiendo en aguas muy profundas que son tema para otro artículo.

Cuando hablamos del cultivo de la luz por parte del hombre es de la luz ganada en el terreno del buen hacer, de la buena intención, de la legitimidad de las acciones conducentes a ser justos, honestos, apegados a la humanidad bien entendida. Acumulando un capital de intereses verdaderos y legítimos que se afinca en la Ley de Atracción para atraer hacia nosotros las cosas buenas que en conciencia hemos sembrado: Las buenas acciones en reciprocidad traen otras del mismo tenor y por supuesto las malas atraen igualmente cosas negativas.