¿Un complejo de inferioridad es superable? ¡Sí!
En el campo objetivo de la psicología y el
psicoanálisis cualquier sentimiento de inferioridad es el resultado de sentirse
menos valorado que los demás. Dentro de los preceptos comparativos con la
normalidad, es un reflejo mental inconsciente que es proyectado por una imagen
distorsionada del yo, al confrontarla con las ideas sugestivas que ha recabado
el individuo durante su vida.
Terror a decir lo que piensan
¡Sucede a menudo que algunas personas sufren con la
idea decir lo que piensan! ¿Siente vergüenza si advierte que expone sus
defectos? Si usted se siente ubicado entre el innumerable grupo de personas que
no es capaz de mostrarse frente a quienes le rodean con todos sus defectos y
virtudes, existe la probabilidad de tener que revisar que es lo que pasa dentro
de sí, y que lo inclina a creerse menos que los demás porque esto podría
ligarlo a un complejo de inferioridad y su contraparte el de superioridad de
manera notable.
Conflicto de identidad
Verdaderamente estas personas sufren por un lado de
un conflicto de identidad (yo), y por el otro no pueden evitar ubicarse de
manera permanente en una posición de comparación (peor). Dentro de cualquier
grupo de personas, el acomplejado se siente en minusvalía en comparación con el
resto de las personas, se piensa el menos inteligente, el más gordo, el más
feo, el peor de todos. No le importa si los demás coinciden con él en afirmar
que estos calificativos peyorativos son en esencia descalificadores.
Ilógicamente y contra todo razonamiento, esta persona está segura de poseer
determinados defectos estigmatizantes que afectan su personalidad.
Poseer menor belleza, menor inteligencia, cultura y
dinero, no solo menoscaba su presencia entre los demás sino también lo
convierten en el menos capacitado del resto de las personas para llevar a cabo
tareas necesarias. Para su coleto siempre habrá alguien que lo haga mejor.
Ideologías sugestivas inconscientes
Por lo general el resultado es, que al no lograr
estar en los estándares de lo que ha propuesto, su esfuerzo disminuye, o el
impulsor de sus ideales o la pérdida de su interés convirtiendo este
sentimiento en un complejo, basado en el acervo de las ideologías sugestivas
inconscientes, colige que jamás logrará estar a la altura de lo que se espera
de él, ya sea por culpa de su propia incapacidad física, mental o emocional.
Desafortunadamente hay demasiadas personas que no
han logrado superar sus complejos, y a raíz de este mal espiritual no aprovechan
las oportunidades que se les presentan en el día a día y además esto las va
sumergiendo en un mundo más oscuro como lo es el de las depresiones y la
soledad, hasta llegar a maltratarse ellas mismas.
Pensar en positivo
Tenemos que aprender a pensar en positivo. Todas las
personas tenemos habilidades, virtudes y atributos que nos hacen tan capaces
como el que más. Estamos claros que vivimos en un mundo competitivo donde las
capacidades de cada uno de nosotros se ponen a prueba cotidianamente. La formación
integral es nuestra primera prioridad, tenemos que estar listos para la tarea
de ser productivos, idóneos, en cualquier segmento de sociedad donde nos
desenvolvamos. No hay cabida para sentirnos menos, pero si mucho campo para
desarrollarnos. En este orden de ideas si nos sentimos asaltados por
sentimientos y discapacidades emocionales, busquemos asistencia profesional es
la mejor opción. Seamos felices.
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