Creciendo |
¿Como crecen los niños?
En la infancia la mente nuestra, está determinada
grandemente por el pensamiento mágico, que no está regido generalmente por las
leyes de la realidad, sino con asociaciones particulares que provienen del
universo emocional.
La realidad
Razonemos, el infante cree en monstruos y fantasmas
que le asustan, porque sus emociones, así se lo avisan y poco logrará un adulto
tratando de tranquilizarlo con ejemplos basados en lo racional. Igualmente
sucederá con los súper-héroes o las entidades sobrenaturales que le ayudarán a
sobreponerse a sus más sobresaltados temores.
Funcionamiento mental
Testigos de esta matriz de funcionamiento mental,
quedarán en la generalidad de los adultos y, cuando se encuentran en
circunstancias especiales como; el enamoramiento extremo y cualquier tipo de
fanatismo, ellas hacen su aparición, tornando inmodificables los conceptos
establecidos de primera mano validándolos. El examen de lo real, en tales
casos, se trunca de manera cortante, bloqueando la flexibilidad pertinente para
cambiar de maneras de pensar y progresar hacia un estado más propicio.
Seguir creciendo |
Por esto, no es fácil convencer a alguien amarrado
al dominio de una pareja poderosa, de que ciertamente le irá mejor dejándola.
Posiblemente encontraremos resistencias muy acendradas en individuos que creen
en una ideología o una creencia fanatizada. Las argumentaciones a la defensiva,
de seguro se parecerán a las de un muchacho a quien se le quiere demostrar que
no hay un atacante agazapado debajo de su cama o, que puede montarse en su
bicicleta, sin las pequeñas ruedas que le dan estabilidad.
La influencia de los miedos y temores
Los temores, los miedos, no superados en las edades
tempranas (infancia), generalmente; son tremendas fuerzas motivadoras en la
edad adulta. Ellas propician algunas de las conductas que se tratan de explicar
con ideologías o principios invariables que, son la causa de que haya mucho
encantador de serpientes dispuesto a llenar su chaqueta con tanto creyente
cándido.
Luego entonces, existe una única esperanza para
conseguir individualmente una libertad plena, es; abandonar las normas
inmaduras y, crecer; basándonos en la realidad objetiva. ¿Comenzamos hoy?
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